Alimentación saludable en el trabajo - ¡Si se puede!
De acuerdo con la OIT (Organización Internacional del
Trabajo), la mala alimentación en el trabajo causa pérdidas de hasta 20 por
ciento en la productividad, debido a problemas como la desnutrición o al exceso
de peso. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), siguiendo
una alimentación saludable los empleados pueden elevar su productividad, mantener
un bienestar mental y físico, elevar el rendimiento laboral por un adecuado
aporte de energía y nutrientes y reducir el absentismo laboral por enfermedades
relacionadas con una alimentación poco saludable.
Una alimentación poco balanceada, puede provocar deficiencias nutricionales. Esto ocurre cuando la dieta contiene unos niveles de nutrientes por debajo de lo que necesita el organismo. Los síntomas iniciales son muchos y extraordinariamente variados desde irritabilidad, falta de concentración, pérdida de memoria o insomnio hasta acné, manchas en la piel, palidez, dolor de cabeza o calambres en las piernas. Por tanto, conviene acudir al especialista cuando exista una sintomatología importante.
Como has visto, una mala alimentación puede influir
directamente en tu nivel de desempeño no solo en el trabajo sino en todas las
actividades que realices en tu día a día.
Aquí te compartimos algunos ejemplos de como se relaciona
la deficiencia de ciertos nutrientes con tu desempeño físico y mental:
La falta de hierro, presente en carne, cereales y legumbres favorece los cuadros de anemia relacionados con falta de concentración y memoria. La deficiencia de este mineral está muy extendida, sobre todo entre mujeres debido a que con la menstruación se pierde hierro. Algunos síntomas típicos de deficiencia de hierro son:
- Somnolencia
- Problemas de concentración
- Palidez, mareo y dolores de cabeza
- Uñas quebradizas y caída de cabello
La falta de proteínas, presentes en alimentos de
origen animal y otros vegetales como las nueces o el amaranto, puede causar
síntomas como agotamiento y sensación de falta de energía, además de pérdida
de volumen muscular y tendencia aumentada a sufrir infecciones.
El déficit de magnesio, contenido en frutos secos, cacao o germen de trigo, aumenta el riesgo de padecer insomnio o ansiedad. Si haces deporte o estás embarazada, las necesidades de magnesio aumentan. Los siguientes síntomas pueden indicar una deficiencia:
- Nerviosismo
- Mareos
- Calambres musculares, sobre todo en las pantorrillas
- Tendencia a la depresión
El ácido fólico que pertenece al grupo de la vitamina B, juega un papel importante en el crecimiento y el desarrollo correcto del sistema nervioso. Una deficiencia puede provocar:
- Cansancio y falta de energía.
- Hormigueos o falta de sensibilidad en las extremidades.
- Tendencia a la depresión.
- Diarrea.
- Cansancio, abatimiento.
- Problemas de concentración.
- Sensación de adormecimiento y hormigueos en las extremidades.
- Sensación de desorientación.
Ahora sabes la estrecha relación que existe entre tu alimentación y tu rendimiento físico y mental, pero ¿qué hacer para mejorar tu dieta?
Es común que en el ambiente de trabajo llevemos una alimentación deficiente por “falta de tiempo” lo que en realidad se traduce en “falta de organización”.Aquí
te dejamos algunos tips, ¡se terminaron los pretextos!
1. ¡Desayuna! ¿Eres de los que no tiene tiempo? Desayuna
un jugo verde o un licuado, prepararlo te llevará solo 5 minutos y lo
puedes tomar mientras te preparas para salir o durante tu trayecto al trabajo.
https://www.cocinadelirante.com/bebida/recetas-de-licuados-nutritivos-para-desayunar
2. No olvides tus colaciones. O guarda en el cajón de tu escritorio opciones saludables para que evites gastar en la maquinita expendedora que sólo tiene productos llenos de carbohidratos, azúcares refinados y grasas poco saludables: una barrita de amaranto con miel, nueces, palitos de pepino, jícama o zanahoria, uvas o frutos rojos te llevará solo 10 minutos lavarlos y desinfectarlos, puedes dejarlos listos desde la noche anterior.
3. Come de todo, pero balanceado. Procura hacer tus compras para toda la semana un solo día, prepara y procesa algunos alimentos que puedas refrigerar y que te sirvan para dos o tres platillos, así ahorras tiempo entre semana. Puedes hornear o asar algunos alimentos y congelarlos.
4. Toma agua todo el día. Evita el consumo de bebidas azucaradas. Tomar agua constantemente favorece la elasticidad de la piel, controla el apetito y te mantiene de buen humor.
5. ¡No te brinques comidas! Abstenerse de consumir alimentos deja sin glucosa (azúcar en la sangre) al cerebro, lo cual en el corto plazo disminuye la capacidad para concentrarse y memorizar, ocasionando incluso mareos y fatiga.
https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_006116/lang--es/index.htm
https://canalsalud.imq.es/blog/deficiencias-nutricionales-vitaminas-minerales
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