Inteligencia emocional en el trabajo - Recomendaciones para el manejo de conflictos
¿Te has puesto a pensar cuantas horas pasas en el trabajo?... ¡en promedio 10 horas diarias!
Lo complejo respecto a esto es que durante nuestra jornada laboral convivimos con muchas personas, y cada una de ellas tiene su propio esquema de valores, rasgos de personalidad, estilo de comunicación, etc. y todas estas diferencias terminan creando situaciones de tensión que en un extremo se pueden traducir en conflictos.
Aprender a resolver constructivamente un conflicto
permite convertir una situación potencialmente destructiva en una oportunidad para
fortalecer los vínculos y mejorar el rendimiento.
Aquí te compartimos algunas recomendaciones que podrán ayudarte:
- Prepárate para ser asertivo. Ser asertivo es tener la capacidad comunicar y defender tus derechos e ideas de manera adecuada y respetando las de los demás. Hablando desde nuestra necesidad y desde nuestras capacidades, siendo honesto con la otra persona por ejemplo evitaremos enredarnos en excusas o asumir tareas que luego no podremos realizar. Esto evitará muchos conflictos laborales.
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- Trabaja en tu autoanálisis. Identifica y reconoce tu posible participación en el conflicto y reflexiona acerca de tus necesidades. Si quieres que la gente tenga en cuenta tus deseos y necesidades deberás empezar por expresarlas claramente.
- Facilita el diálogo. Parece obvio y sencillo, el primer paso es hablar con la otra persona. Es importante fijar una hora y lugar de reunión donde puedan tratarse las diferencias con calma y buscar una solución sin ser interrumpidos.
- Céntrate en los hechos y no en tus juicios. Es muy importante que en general te acostumbres a hablar de hechos objetivos y concretos, y no de tus conclusiones. ¿Cuál es la diferencia?
Hecho objetivo: “Tu escrito tiene faltas de ortografía y el formato varía en cada página”
Juicio: “Tu escrito no sirve”Así lograrás que tu comunicación sea mucho más precisa y que la gente no se sienta agredida ni juzgada antes de empezar a tratar con el problema.
- Escucha activa. No interrumpas el discurso de la otra persona y evita reaccionar en vez de centrarte en las palabras de la otra persona. Suele dar buenos resultados reformular lo que la otra persona ha dicho, una vez termina de hablar, para asegurarse de que el mensaje se ha entendido correctamente. Recuerda que cada persona tiene su propia “percepción” de la realidad, habla siempre de hechos, no de suposiciones.
- Identifica puntos de acuerdo y desacuerdo. Resume las áreas de acuerdo y desacuerdo y pregunta a la otra parte si está de acuerdo con la evaluación. Realiza los ajustes necesarios hasta que se consigan definir los términos del conflicto.
- Prioriza las áreas de conflicto. No todas las cuestiones tienen la misma importancia para todos y, por eso, es preciso concretar qué áreas de conflicto son más importantes para cada parte.
- Desarrolla un plan para trabajar en cada desacuerdo. Hay que comenzar abordando el conflicto más importante y centrarse en el futuro. Pueden acordarse reuniones futuras para continuar las negociaciones.
- Celebra el éxito. Busca oportunidades para señalar el progreso y complementar las ideas y los logros de la otra persona.
Ahora ya cuentas con algunas técnicas básicas para el manejo
de conflictos, pero si quieres saber más, te recomendamos el siguiente curso de
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