Retroalimentación – Pieza esencial para el desarrollo de personal
La retroalimentación o feedback ??
es una herramienta
fundamental para incrementar la motivación y mejorar el nivel de desempeño de cada
colaborador, pero, si no se realiza de manera asertiva, puede tomar una
connotación negativa y así debilitar aspectos como la autoestima o el nivel de rendimiento.
¿Pero qué quiere decir esto de ser asertivo?
Es la tener la habilidad de expresar nuestros deseos de
una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que
queremos sin atentar contra los demás.
Ahora bien, la principal consideración sobre dar y recibir
retroalimentación positiva es que ésta debe ser considerada como una
oportunidad de aprendizaje, no debe ser abordada como esa reunión incómoda con
el jefe donde se ponen sobre la mesa los errores o fracasos. Se trata más bien
de un momento para revisar áreas de oportunidad en ambos sentidos, es decir,
donde el colaborador tenga también la oportunidad de expresar sus necesidades y
el líder, por su parte, pueda apoyarle en el desarrollo de ciertas competencias
o proveerle los recursos necesarios para mejorar su productividad.
Aquí te compartimos algunos elementos que debes considerar para llevar a cabo un feedback exitoso:
- Sé sincero. Para que una retroalimentación positiva sea efectiva, debe proporcionarse cuando un empleado realmente se lo merezca.
- Tu retroalimentación deberá ser lo más precisa y específica posible. Permítele a la persona a quien retroalimentas, saber con exactitud qué es lo que estás elogiando para que pueda comprender mejor sus habilidades y continuar mejorando.
- Da tu retroalimentación de forma oportuna, en lugar de esperar a tener una junta, por ejemplo. Esto le permite a tu compañero sentir que sus esfuerzos son notables y refuerza sus conductas satisfactorias.
- Cuidado con la retroalimentación Ascendente. Hay que tener tacto al abordar a tu jefe o a alguien con mayor antigüedad que tú. Esta es otra oportunidad para ser tan específico como sea posible y es importante empatar tu retroalimentación con los objetivos generales.
- Hazlo frecuente. Generalmente el proceso de retroalimentación se da al finalizar un ciclo de prueba, sin embargo, este debe ser un proceso constante, donde se reconozca el esfuerzo y buen rendimiento o cuando se detecten áreas de oportunidad que se pueden solucionar de manera oportuna.
- Básate en hechos reales. Toda interacción humana
está cargada de percepciones, por este motivo es importante mantener la
objetividad y explicar las conductas positivas o negativas, basándose en
hechos, datos y ejemplos concretos, y no en interpretaciones u opiniones.
- De carácter presencial. En la medida de lo posible, la retroalimentación debe llevarse a cabo de manera presencial, donde la exposición verbal vaya acompañada de la expresión corporal, para que la idea que se comunique sea lo más clara posible. Evita enviar correos, mensajes de texto u otros medios informales, pues los mismos podrían ser malinterpretados.
- Hacer énfasis en los aspectos de mejora. No se debe perder de vista que el fin de la retroalimentación es potenciar el talento humano de los colaboradores, generar un aprendizaje y promover la mejora continua, por lo que resulta fundamental conocer las oportunidades de crecimiento y mantener un sistema de recompensas por alcance de metas.
- Después de la retroalimentación. Es muy importante que no cambies tu actitud con la persona que dio o recibió la retroalimentación. Puede ser que te sientas incómodo (a) después del encuentro pero debes controlar la situación, no evites a la persona pues no se trata de opiniones sobre la amistad sino del desempeño en áreas específicas del trabajo.
Por último, recuerda que para el ser humano es muy importante el reconocimiento de sus de logros y metas, por tanto,
si vas a felicitar hazlo de manera pública,
si vas a corregir hazlo de manera privada.
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